Escuché en un programa de radio la entrevista a un señor que según él representaba como portavoz a un colectivo con unas determinadas «reinvidicaciones laborales». En todo momento este señor responsabilizaba de la «situación de baja y estrés de muchos de los trabajadores» a las condiciones en que éstos desarrollaban el trabajo, y la solución era muy sencilla: cambiar estas condiciones…Hasta ahora cuando así se ha hecho, la cuestión se ha movido y persistido teniendo como excusa las nuevas condiciones laborales, así hasta el infinito.
LLamó a este programa otro señor, con una profesión distinta y según su descripción con unas condiciones laborales menos favorables que las de los señores «de baja por estrés», y su discurso lo cerró comentando que él procuraba estar al ciento veinte por cien en cada momento en su trabajo -ante el asombro del entrevistador y los acompañantes-.
Entre otras muchas cosas, una de las que emerge en la comparación cuando se escucha a uno o a otro señor, es que uno de ellos «culpabiliza al entorno» y el otro asume su responabilidad y responde al entorno. La libertad implica hacernos responsables de nuestros actos, de ahí que por momentos respondamos rechazándola y nos escondamos en escusas que tienen su origen siempre en el exterior.
Cuando constantemente estoy valorando el exterior, el entorno desde el parámetro de ¿qué falta en él?, ¿qué sobra en él?, sin tener en cuenta cómo después eso encaja en un todo del conjunto en el que también entra en juego mi respuesta y el cómo una vez modificado ese entorno, la respuesta que estoy dando va a variar y mantendré, para no volver al punto de partida; lo que estoy haciendo es segmentar las cuestiones y abordarlas como algo aislado y separado del conjunto.
El señor al que aludía -supongo que de una forma no consciente, aunque muy útil para sus supuestos intereses- se valió también de reiterar en la conversación una metáfora para resumir la supuesta situación: «X lleva años pegándonos martillazos en las espinillas» … y sí también es un resumen de lo poco certero de su análisis, y de cómo consiguió ganarse la empatía de la persona conductora del programa y los acompañantes, sin que éstos fueran conscientes de esta manipulación. Eso sí, estos señores hablan todos los días de cómo el supuesto poder nos «manipula a todos»
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