Si comparase el entorno en el que yo crecí, con el entorno en el que ahora mismo me desenvuelvo, puedo calificar a aquel como muy pobre: servicios sociales inexistentes, calles sin asfaltar, conducciones de agua que no llegaban a todas las viviendas, sin calefacción, ni airea condicionado, materiales escolares muy escasos, nula atención a la inquietud cultural; pero era lo que conocía, y como no había otro con el que comparar lo asumía como algo que formaba parte del mundo.
Aquel entorno propició el desarrollo de otro tipo de habilidades, como fue: una mayor sensibilidad al contacto con la naturaleza, asumir y distinguir qué forma parte del mundo y qué de la transformación del hombre en el mundo, valorar y disfrutar de las denominadas “pequeñas cosas”. Vivir una riada de agua que asola lo poco que tienes, es una excusa perfecta para muchos aprendizajes.
Cuando hoy compruebo que muchas personas no hacen sino de la queja una forma de ser y estar en el mundo, me pregunto con qué estándar lo están comparando, o hacia qué estándar ideal lo están midiendo, por ejemplo, puedo llegar a la conclusión en mi ideal… que en el mundo en las calles debería de haber instalaciones de aire acondicionado o calefacción, según la estación, y mientras eso no exista este mundo no será un lugar adecuado donde habitar.
Esto que parece una exageración, es lo que en ocasiones ocurre.Exigimos a nuestro entorno cosas que no forman parte del mundo, sino que se consiguen a través de investigación, esfuerzo, generación de energía y una cultura del trabajo…Entre todos hemos generado una sociedad en ocasiones muy acomodada, exigente hacia lo externo y muy complaciente con ella misma
La sociedad es la expresión de los individuos que la habitan y como tal, esta acomodación, exigencia y auto complacencia, lo construyen las personas de forma individual…y es ahí donde quiero incidir, y donde llamo la atención: hay cosas que nadie las va a construir, si nosotros de forma individual no ponemos la primera contribución.
He asistido a manifestaciones de tipo “ecologista” donde el lugar de la concentración ha terminado como un estercolero lleno de botellas, bolsas, desparramadas en el suelo,a manifestaciones en nombre de la “paz” donde la violencia continuaba siendo ejercida en las relaciones interpersonales de muchas de las personas congregadas, a manifestaciones donde se rehivindicaba la «democracia» donde si exponías una opinión distinta a la general eras relegado.
Todos nos vemos forzados a encajar en un entorno y manipularlo para poder satisfacer nuestras necesidades, a partir de ahí el conflicto de intereses está servido.Yo puedo manifestarme por una circunstancia que considero muy justa, pero puede ocurrir que al hacerlo en el entorno donde estoy ese acto esté interfiriendo en el desarrollo de la actividad de otras personas, con lo cual a su vez estoy contribuyendo a una injusticia.
No existe el mundo ideal, ni existirá, el conflicto forma parte de la relación interpersonal, porque cada uno intentaremos desarrollarnos en el entorno, y mis intereses en algún momento entrarán en conflicto con los tuyos.Lo que sí que puedo hacer es aprender a gestionar de forma distinta estas cosas, de forma individual, y no atribuir a otros esa responsabilidad.
En nuestra cultura estamos muy sensibilizados en “notar cosas desde el afecto”…en notarlas, desde la forma de sentirlas, pero no tenemos tanto entrenamiento y habilidades en hacerlo desde el “efecto”, es decir, desde el cómo se construyen, cómo se organizan, cual es su estructura.
Entrenarnos en nuevas habilidades, supone sumergirse en nuestros aprendizajes, y esa inversión supone trabajo individual a lo que en páginas como ésta incentivamos en su acción: ¿estás dispuesto a ello?. Puedo pasarme la vida entera pensando que la habitación donde vivo necesita de un mantenimiento de limpieza, pero mientras no coja la escoba o el aspirador, no ocurrirá nada.