Estamos en contacto permanente con el mundo, y recibimos información del mismo a través de nuestros sentidos. De todo el mundo que tenemos a nuestro alrededor, captamos una parte del mismo, nos es imposible el poder captarlo todo; así un telescopio nos ayuda a ver más allá de lo que de forma natural podemos captar, y aún así hay un hueco inmenso que no cubrimos.
De la información que captamos nuestro inconsciente es sensible a una parte de la misma y con ella es con la que interviene activando nuestro particular proceso de información condicionado por nuestras características biológicas, fisiológicas y de aprendizaje. Es decir, captaremos la información que nosotros hallamos aprendido a captar, dándole un sentido desde ese aprendizaje. Si tú aprendes que «el mundo es un lugar peligroso», escogerás información que así la confirme y se vivirá de una forma muy distinta a si aprendes que «el mundo es un lugar donde poder explorar, comparar y aprender»; y siendo el mismo mundo, para dos personas orientadas en formas distintas les parecerá que están habitando lugares completamente distintos.
Así desde la recopilación de información en la que nos hemos entrenado de manera inconsciente, dependerá el sentido de muchas de nuestras decisiones de forma consciente. Por ejemplo, esta misma mañana en tu lista de prioridades a las que atender (de forma consciente) , aparecerán los asuntos que para tí son importantes de desarrollar; y claro, cuando atendemos un asunto, estamos desactivando otros.
Como adqurimos habilidad a base de repetir nuestras conductas, también podemos enseñarnos a movernos en una determinada dirección de forma consciente, y es aquí donde este asunto se solapa y enlaza con los de Razón, Calidad, Desempeño que trataba en la entrada del pasado lunes; ya que podemos jugar con estas tres distinciones, y abrirnos a notar cómo es el mundo con cada una; es como cuando te pruebas distintas prendas en un probador y tú puedes percibirte de una forma muy distinta con cada una de ellas.
Deja tu comentario.