Si el teléfono móvil suena, pocas serán las personas que «resistan la tención de atenderlo», o si llaman a la puerta de tu domicilio, o si alguien te detiene en la calle con la excusa de hacerte una encuesta, o leer el e-mail recibido como «urgente»…y todos estos llamamientos los podemos gestionar.
Cuando decides alinear los valores que mantienes en tu vida activados, la dirección en la que te quieres mover y qué cosas obtener, es cuando tienes un «filtro» por el que priorizar lo que para tí puede resultar importante de atender y de forma urgente; así como delegar lo urgente aunque no importante, posponer en una calendario lo importante aunque no urgente y desechar lo que no es urgente ni tampoco importante.
Muchas personas tienen una percepción del tiempo como un recurso muy escaso, en el que constantemente por más que se incrementase no llegaría nunca a ser «suficiente». Piensa un poco, ¿para tí cuanto sería la duración en horas ideal de un día para satisfacer todas las cosas que quieres atender?…Posiblemente, te des cuenta que cuantas más horas incrementas, en esa proporción se incrementan las tareas; por lo tanto ya haces en sí una gestión del asunto, aunque la misma se verá favorecida, cuando la practicamos de una forma consciente y deliberada.
Todo este asunto conecta de una forma directa con los recursos y la forma en la que nos gestionamos a nosotros mismos. Ya de por sí mantener un sentido de «auto gestión» se puede percibir de una forma un tanto extraña, ya que choca con un sentido más pasivo y reactivo de nuestra existencia, y no tanto con una actitud activa y de liderazgo en respuesta al entorno en el que nos manejamos.
Deja tu comentario.