Cada día lidiamos con problemas, dificultades, limitaciones . Las habilidades que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida, nos permiten el permanecer dentro de una línea de convivencia con un grado de tolerancia hacia ellos, que variará en función de la persona.
Ese grado de tolerancia, no tiene tanto que ver con el problema en sí, sino con la respuesta que yo mantengo a ese problema. Esa respuesta, en general, suele ser de tipo emocional, la incomodidad que puedo llegar a generar, por lo que en un problema, tengo la situación en sí, mi respuesta ella y el cómo me relaciono con eso.
En ocasiones la incomodidad pueden alcanzar un grado tan superlativo, que contamino con ella mi propia experiencia vital. Como forma de escapar a esa incomodidad, es posible llegar a la conclusión que dejar de existir es una opción, porque lo que quiero es poner fin a la incomodidad, pero no a la vida. Quiero dejar de sufrir, pero no de vivir, pero la decisión tan extrema, implica resolver ambas.
También puede estar interviniendo una falta de experiencia vital para afrontar las adversidades vitales, en adolescentes o personas muy jóvenes. Generar la sensación de imposibilidad de lidiar con el asunto, que es algo con el que no vamos a poder gestionar: impotencia.
Puedo con mi conducta de suicidio, estar llamando la atención, para que los demás reaccionen a mi con un sentimiento de simpatía, empatía incluso de auto culpabilidad “por no haber hecho más por mi”, estoy anticipando en el presente, algo que supuestamente ocurra en el futuro, cuando yo haya hecho efectivo el suicidio, aunque paradójicamente, yo ni lo voy a poder comprobar en la realidad, ni tampoco voy a poder “beneficiarme”
En ocasiones puede ser el resultado de llevar las cosas demasiado lejos, y hacer un “amago” de hacer creer a otros que pretendo suicidarme, aunque puede que algo escape a mi control e irónicamente consiga el resultado final.
Adquirir herramientas para intervenir con estos problemas dificultades, limitaciones, parece en estos casos tan extremos, de una necesidad inmediata y sin embargo, como es un asunto incómodo, lo bajaremos rápidamente al fondo para continuar adelante, sin que no experimentemos perturbación alguna, es un asunto que notamos muy incómodo.