A lo largo de nuestro desarrollo hemos experimentado con una habilidad que a base de repetirla, nos hemos convertido en especialistas: el cambio de contextos. «Cuando cambiamos de contextos reorganizamos nuestra experiencia de el mundo», comentaba John McWhriter en el último módulo de formación que estoy haciendo sobre modelos DBM aplicados al campo de la sicología.
Cuando entras en tu hogar lo experimentas como una «unidad» dentro de la que hay «divisiones» en las que vas entrando y saliendo constantemente, y que en sí las vivencias de forma distinta, aunque en realidad tal separación no existe; pero las vives como una división real. Así adecuamos nuestro comportamiento, pensar y sentir al contexto en el que estamos involucramos; aunque no dejamos de sentirnos como una unidad.
De hecho nuestro hogar es un reflejo de nosotros, ya que lo organizamos de forma de experimentarnos como una unidad en los distintos contextos que creamos en él. Así, este ejemplo es una metáfora de las cosas en las que nos involucramos en nuestra vida diaria, donde constantemente nos desempeñamos en contextos cambiantes y con roles que asumimos adecuados al contexto que generamos.
Sin moverte del lugar donde estés puedes comprobar como tu experiencia del mundo se va modificando en función del contexto en el que estés pensando. Muchas dificultades comienzan a generarse a partir de que existen cosas en determinados contextos, que no son compatibles, no estan integradas en mi experiencia vital como un todo.
En tu hogar es muy poco probable, que organices tu salón con muebles clásicos de madera, alfombras persas y juegos de porcelana del siglo XIX; mietras tu dormitorio lo tienes organizado en una linea minimalista característica de la actualidad…Si fuese el caso, lo experimentarias de forma muy distinta uno y otro contexto; la cuestión sería si eso encaja o no, en como tu te experimentas a ti mismo como un todo.
Resulta muy útil hacer un repaso de cual mi pensar, hacer y sentir en cada uno de los contextos donde me muevo, notar cómo ellos se van modificando, como por ejemplo: el metro es un contexto muy distinto al que puedo experimentar dentro de mi propio vehiculo, aunque ambos están integrados en mi experiencia subjetiva del mundo, y si ellos encajan entre sí o no.
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