Escuchaba esta mañana en una radio a un político comentar que ayer noche estuvo hasta altas horas de la madrugada “debatiendo” a través de la red social Twittter con muchos de sus seguidores; admitía que se encontraba algo “espeso” ya que eran unas horas muy tempranas, y a la pregunta de cual era el contenido del presunto “debate” ha respondido: “que muchos temas, que cada uno había dado su opinión y que había sido muy enriquecedor”… a lo que yo me pregunto: ¿y?
En este mismo programa había otros dos políticos más que inmediatamente asentían y admitían que ellos también mantenían el hábito de estar pendiente de todo lo que en la redes sociales se vertía y según ellos entrar en “debate”. Sumado a ello, se estaban recibiendo e-mails, mensajes en la página web del programa de turno, mensajes en todas las redes sociales en las que mantenía una página abierta: Facebook, Twitter,…, mensajes en el contestador telefónico y llamadas telefónicas para entrar a participar en directo en el programa.
Cuando ha finalizado el programa personalmente he mantenido la sensación de haber permanecido observando un “sonajero” donde cada una de las bolitas del interior se movía rebotando contra las paredes del globo, haciendo ruido e importándole un bledo lo que la otra hiciese o dijera, porque ella entraba en escena para escucharse a sí misma…Esto para esta gente lo denominan “debatir”
Dos dirigentes de países, mantuvieron una reunión de exactamente quince minutos, y trataron once temas, lo que nos dá una media de minuto y medio por tema. Ambos salieron muy satisfechos del encuentro por el “nivel de acuerdo comprobado en todos los temas” No lo estoy inventado, es un caso real y otro ejemplo de lo que ellos mismos denominarían “debate”
En las campañas electorales se mantienen encuentros entre políticos, a los que también se les denomina “debate”, eso sí, con unos temas, tiempos y preguntas pactados. Después, decenas de articulistas, opinadores, tertulias se pondrán a “debatir” sobre lo que presuntamente se había “debatido”. En estas últimas otra legión de redes sociales, teléfono, mensajes…seguirán debatiendo, lo que han debatido, respecto al debate original.
Mi intención es llevar la atención que resulta muy útil el plantearnos una estructura a lo que presuntamente vamos a “debatir” Conferirle un modelo en el que movernos que favorezca la posibilidad de investigar aspectos que a priori de forma individual no hemos identificado, y al que nos puede ayudar el otro desde su modelo del mundo. A partir de aquí, probablemente nuestro planteamiento inicial se haya movido porque se ha añadido o modificado otro saber, y para mí, eso es el enriquecimiento. Debatir es una cosa y hacer espectáculo de una cacofonía de opiniones es otra cosa.