Hace tiempo que los medios de comunicación nos vienen alertando del cambio climático, agotamiento de recursos naturales, del deterioro e impacto que causamos sobre nuestro entorno. No es algo que se haya producido de un día para otro, y existen creencias en las que sitúan el origen a partir de la revolución industrial.
En mi opinión no existe una sola causa determinante de la inquietante situación en la que ya nos encontramos; sino más bien habría muchas coincidentes; y mi interés ahora lo marco en el significado que yo le doy a todo esto.
Hago extensivo el cuidado y atención que mantenemos sobre nuestra vida, a la que después proyectamos en el entorno, a cuáles son las cosas que consideramos importantes, aquellas en las que ponemos un cuidado. Funcionamos con una falta de previsión acerca de las consecuencias y trascendencia que tienen nuestros actos, aunque aparentemente nos puedan parecer anecdóticos.
Depositar basura allá donde me apetece, consumir desaforadamente y sin dirección, crear paraísos artificiales a consta de aniquilar el entorno natural, … nos está hablando de individualidades carentes de una conexión con ellos mismos, de una continua dispersión, frustración, de una insatisfacción y agresividad; y desde estos posicionamientos no podemos incorporar una reflexión acerca de cual es mi contribución a la vida, al mundo, en cualquiera de mis conductas, y las consecuencias que van a tener.
Hemos desarrollado una tecnología que nos ha permitido ganar en comodidad y de alguna forma a contribuido a mejorar nuestro entorno; aunque hemos olvidado la forma en la que todo este proceso se ha materializado. Hemos desarrollado una educación mecanicista y muy orientada hacia el hacer, y poco con el ¿cómo hacer?; fruto todo de una desconexión entre compromiso personal y entorno.
Tenemos una responsabilidad sobre todo lo que ocurre en el mundo, y parte de lo que ocurre con nosotros. Si tomo las riendas de mi responsabilidad, estoy influyendo en las consecuencias que después se devuelve al mundo; por que éste funciona en relación directa a como yo, individualmente, estoy funcionando.
Poco podemos esperar de un sistema y unos encargados de administrarlos, si los mismos no han trasladado a su escala de valores e identidad una ocupación en su vida personal; de las consecuencias sobre sus decisiones; y todo esto ha de ser completado por las individualidades que también están afectadas. Yo puedo llenar de papeleras una población, hará falta que otros ciudadanos las llenen, y no puedo responsabilizar la negativa a una falta de campañas de sensibilización; ya que esta última no se compra, se desarrolla, y lo hace aquel que está dispuesto ha hacerlo; y eso significa adoptar una posición responsable sobre su propia vida.
Manuel León López
Coach, Terapeuta y Formador
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