Hay algunos mitos con respecto a la importancia de las metas: hay que fijarse metas, lo importante es llegar…todo se coloca en una situación que está en un futuro un tanto incierto, y al que habré de dirigirme.
Claro que es relevante el saber qué es lo que quiero en mi vida, qué es lo que necesito, aunque igual de relevante es el cómo lo haré, cómo lo conseguiré, cómo lo organizaré. Y aquí es donde quiero poner la atención, si olvido que todo en la vida es un proceso y sólo fijo mi atención en la meta, paso por alto que todo es un proceso del que también habré de disfrutar y organizar. Sería como escuchar una sinfonía y solo disfrutarla cuando hubiese terminado.
Habrás escuchado en todos estos días hablar de buenos deseos, planes, metas, objetivos…todos muy bien intenciones, no todos igual de relevantes, aspiraciones legítimas que por lo general quedan diluidas, porque no se está atendiendo al proceso. En ese proceso están incluidos el cómo conseguiré mantener activaesa meta, las decisiones que habré adoptado, las evaluaciones que haré para saber si estoy en la dirección que quiero o no, consecuencias que la decisión va a tener en mi entorno, a qué cosas restaré más tiempo para invertirlas en otras.
Si la tarea te parece desmesurada, siempre puedes acceder a un profesional -como es mi caso- con el que apoyar tu decisión. Una meta, un objetivo…cobra utilidad, tendrá su sentido, cuando hacemos cosas en dirección al mismo, y éstas mismas por sí sólas ya tienen un valor, porque te estarás desarrollando en cada una de las areas que las cosas ha hacer impliquen.
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