Un programa de radio emitido durante el día de ayer llevaba por título «Asesinos en serie», y se detuvo en la figura de un niño que parece ser vivió en Argentina a principios de S. XX y que mató a otros niños de una forma especialmente violenta.
Se dividió la cosa en la interpretación sicológica del asunto, y la descripción de los crímenes cometidos; ni que decir tiene que ésta última fué con mucho a la que más tiempo se dedicó explicando al detalle la forma en la que se habían llevado a término.
En cuanto a la cuestión sicológica se resumió en que este muchacho era: «un asesesino en serie», y con esta calificación se daba a entender que se explicaba y cerraba la cuestión, ya que había una predisposición genética para materializar estas conductas.
«Asesino en serie» es una etiqueta que no explica la conducta que de hecho se está llevando a cabo. Como cualquier conducta tiene un antes, un durante y un después y éso es lo que considero relevante.
Las personas que etiquetamos como delicuentes, asesinos, violadores… no lo son las veinte y cuatro horas del día. Lo son y se involucran en la cosa durante un tiempo de su existencia. Es curioso que alguien que robe un banco por la mañana, por la tarde vaya al supermercado y pague la compra. Que alguien viole a un niño a la salida del colegio, para posteriormente ser un padre muy afectuoso con su propia familia….y de esto podremos encontrar ejemplos a diario.
En lo que quiero poner la atención es que lo que tenemos delante es una conducta, que se circunscribe a un espacio, a un tiempo y empleando un determinado material. Que sí realmente queremos comprender lo que de hecho está ocurriendo, la etiqueta no describe nada de lo que está ocurriendo -aunque nos dé esa ilusión- y lo que hay que atender es a cómo la persona está organizando esa experiencia.
Ni que decir tiene que esto no justifica nada, ni le ofrece ningún aval de comprensión a la conducta en sí misma; pero resalta el hecho de disminuir nuestras interpretaciones, y ajustarnos a la descripción del asunto donde están involucrados: identidad, valores, creencias, experiencia personal … de la persona que lleva a cabo estas acciones.
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