Siempre estamos moviéndonos por el mundo. Nos ponemos marcas que para nosotros funcionan como «hitos» para poder verificar que nos estamos trasladando en la dirección adecuada. Esto es aplicable a cualquier conducta y ámbito de la vida personal.
Si yo quiero moverme desde Valencia a Madrid en coche, buscaré la forma de ir siguiendo la pista a ese viaje y que me vayan permitiendo asegurarme que la dirección es la correcta: nombre de la carretera, puntos kilométricos, poblaciones por las que atravieso…Todo es un transito, que no se está produciendo en un momento inmediato, la preparación de un café que quiero tomar, será más reducido en el tiempo, aunque también requerirá de un proceso de elaboración, con sus correspondientes «hitos».
Cuanto mayor grado de anticipación exista a cualquier modificación que se nos establece con los elementos que nos interelacionamos en la vida, mayor será la seguridad que nos estamos garantizando para que atentos al proceso lleguemos a culminarlo en el punto que deseamos.
Puestos a realizar una lista de estos cambios anticipatorios, resultaría practicamente infinita; pero sí que puedo atender a aquellos que puedan tener una significación especial: un cambio de domicilio y todas las cosas que van a resultar afectadas desde que lo decido, hasta que estabilizo mi vida en el nuevo destino.
De lo que escribo es de lo útil que puede resultarnos el permanecer atento a los procesos en las continuas transiciones que vitalmente establecemos. Ahora por ejemplo estás llegando al final de la lectura de esta entrada en el blog, y también ha supuesto un proceso el ir siguiendo la pista a tu propio estado, la comprensión del texto y las conclusiones que obtienes de todo ello, para seguir avanzando en el siguiente proceso con su punto de partida y final.
Deja tu comentario.