Que se conozca y hasta el momento tenemos una habilidad que nos diferencia del resto de animales, y que entre muchas cosas nos ha permitido el adaptarnos a cualquier entorno; se trata de nuestra «imaginación»
Cuando hablo de «imaginación» lo hago aludiendo a nuestra habilidad creativa, a imaginar cosas posibles…y claro esto lo podemos hacer de una forma muy constructiva, útil para nosotros o de una forma muy poco útil y perniciosa. Por ejemplo, cuando generamos «escenarios catastrofistas» en nuestra relación al futuro; y sobre todo si ellos no responde a una evaluación certera de la situación, en otras ocasiones sí que pueden representarlo.
Nuestra habilidad de construir escenarios posibles nos puede ayudar a anticiparnos a posibles acontecimientos que tienen muchas posibilidades de suceder si nuestra evaluación del medio, del entorno en el que me relaciono es certera. Puede por contra suponer una continua fuente de frustración, tensión y miedo a situaciones que sólo estoy recreando en mi imaginación, y con las que me estoy relacionando como si fuesen reales. Respondo a lo imaginado de una forma real.
Y no sólo empleo la imaginación cuando me relaciono con el futuro, también cuando recreo el pasado. Tendemos a pensar que los hechos que recuerdo concuerdan con los que «objetivamente ocurrieron», y eso deja mucho margen para la duda. Cada vez que recuerdo un hecho lo haré desde un enfoque, enfatizando unos aspectos y minimizando otros, incluyendo en la experiencia muchas cosas que posiblemente no sucedieron, incluso puedo llegar a construir pasados «que no sucedieron»
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