Atención, a la siguiente exposición:
«un novicio preguntó al prior:
padre, ¿puedo fumar mientras rezo?
y fué serveramente reprendido.
El segundo novicio preguntó al mismo prior:
padre, ¿puedo rezar mientras fumo?
y se le alabó su devoción»
Del cómo se presentan las cosas, el cómo nosotros las vamos enlazando, haciendo conexiones y creando significados, los resultados son muy distintos.
De esto: escritores, publicidad, periodismo, usa y abusa constantemente; que lo hagan de forma «natural» o bien «intencionada» es otro asunto.
Por ejemplo, para desacreditar a una persona no hace falta mucho, simplemente por ejemplo el lugar donde hacemos énfasis a través de unas comillas:
El «jefe del gobierno» del libre Estado de Bananas, etc…
El «jefe» del gobierno del libre Estado de Bananas, etc..
El jefe del «gobierno» del libre Estado de Bananas, etc..
El jefe del gobierno del libre «Estado» de Bananas, etc..
El jefe del gobierno del «libre Estado de Bananas», etc..
Con un gesto tan fácil, la realidad queda encuadrada en un marco de crítica, ironía, sarcasmo o duda, y eso sin hacer ni decir nada (en apariencia) para lograrlo.Esto mismo se puede emplear en el lenguaje oral dando la apropiada entonación.
Ya sabes que en el mundo nos movemos para intentar cubrir nuestras «necesidades», y muy a menudo necesitamos para ello influenciar a otros. Eso en sí ni es bueno, ni es malo…aunque haya herramientas a utilizar que pueden ser al menos cuestionables.
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