En los inicios de cualquier proyecto existe un sesgo a idealizar el contenido de los mismos. Nos lanzamos a ellos en muchas ocasiones por alejarnos del lugar donde nos encontramos, pensando que en aquello que ocuparemos las cosas serán «perfectas».
Por ejemplo el inicio de una nueva relación con alguien se suele emplear aquello de «el hombre o la mujer que siempre habia soñado» pudiendo incluso llegar a socabar y sacrificar lo que se ha construido con otra persona, el nuevo trabajo en el que pareciera que «todo fluirá», la niña o el niño que nos dará un nuevo sentido de pareja…Y nos solemos relacionar con estas cosas desde un sentir muy general, sin entrar en demasiado detalle sobre ellas.
Me comentaba una persona ligada a una ONG con unos propósitos y objetivos altruistas que en muchas ocasiones se había arrepentido de haberse ligado a ella, porque se encontró con una «realidad» que no esperaba encontrar. En sus expectativas aquello no encajaba, y poco a poco estaban minando sus razones de lanzarse a una involucración en el proyecto, a base de hacer más y más grandes estas cosas «no esperadas»
Resulta muy recomendable cuando tenemos previsto el involucrarnos en cualquier proyecto pensar acerca de nuestro propio pensar sobre el mismo, el cómo lo estamos construyendo, y la información de la que disponemos para hacerlo de la forma en la que lo hacemos, así como la forma de ampliar el conocimiento del asunto y que me pudiese ofrecer una perspectiva mayor acerca de cual es la realidad de la cosa en su conjunto.
En la medida en que nos acercamos a las cosas con una idea más certera sobre ellas, podremos manejarlas de una forma mucho más eficiente, equilibrando el aspecto útil que nos aporta en nuestro desarrollo con los asuntos que nos pueden resultar menos atractivos; aunque con estos últimos también existen muchas formas de relacionarnos.
A nuestro desarrollo personal lo podemos influenciar de muchas formas y también por este hecho podemos interferirlo de maneras muy variadas, interponiéndonos en nuestro camino. Cuando llego a una conclusión respecto a las cosas que me está aportando un determinado lugar ¿cómo estoy haciendo esa medición?, ¿con qué ideal lo estoy comparando?, ¿cómo sé que alejarme de èl me aportará otras cosas?, ¿qué otras cosas obtendré?, ¿de qué forma?…como puedes comprobar podemos pensar de una forma muy variada en las cosas, y no reducirlo al «uffff…esto ya no me gusta» y cerrarlo de forma inmediata.
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