Ayer ví la película de reciente estreno «El Rito» ya que a priori me interesaba el cómo la película planteaba el contrastre entre «ciencia y fé» . Mientras la ciencia se basa en evidenias y en conclusiones provisionales producto de la investigación del momento; la fé no necesita de ellas, de hecho según su planteamiento por ejemplo: «la ausencia del diablo es la evidencia de su presencia».
En la película como si en una batalla de iguales se tratase prevalece el argumento de la «Fe», aunque claro, de una forma tramposa, ya que el planteamiento es el siguiente:
– Hay una figura de autoridad (un sacerdote) al que se le supone conocedor de las estrategias del «presunto diablo» que actua a modo de «terapeuta»
-Este «terapeuta» cuando se le avisa de algún caso, no realiza la más minima investigación de cómo la persona ha llegado a ese estado, cual ha sido su trayectoria vital, el contenido de sus creencias, de su modelo del mundo, de cuales son sus circunstancias vitales, qué sentido y explicación tienen para la persona.
– La escenografía y la puesta en escena de todo el asunto, va favoreciendo la «realidad que vive la persona supuestamente poseida» La presencia de la figura de autoridad y sus ritos confirman la creencia base: «que está poseida» con lo que refuerza su realidad
– Finalmente el supuesto «diablo» termina o bien siendo expulsado, o bien cualquier circunstancia «trágica» que acontece en la vida de la persona es atribuida a que el «exorcismo» no ha funcionado
– El papel atribuido al supuesto «escéptico» corre a cargo de un joven que se va a ordenar «sacerdote», con dudas acerca de su «fe» y ya en la pelicula se plantea como un acontecimiento en la vida de esta persona hace que ella conecte y de sentido al conjunto en una determinada dirección…que acaba efectivamente «confirmándola en la realidad»
Somos muy sugestionables, hemos aprendido a dar sentido al mundo de unas determinadas formas y el «misterio» es algo que forma parte de nuestra evolución, favoreciendo un sentido de fascinación y de falsa sabiduría en torno a unas figuras poder, simbologías y ritos que una vez que los aceptamos y nos sentimos comodos con ellos, sólo queda salir al mundo y buscar su confirmación.
Tan sólo había que escuchar los comentarios de otras personas en la sala del cine, para darte cuenta que ocurre exactamente lo mismo con ellas y cómo la visión y el planteamiento de la película coincidian con lo que esperaban encontrar. Y eso no es ni bueno, ni malo, simplemente lo que es útil plantearse es que partiendo de esa base a qué cosas nos podemos conducir vitalmente y qué modelos estamos reforzando.
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