Durante mucho tiempo viví con la auto limitación de cuestionarme una y otra vez «cómo podía yo presentarme ante otros y posicionarme diciéndoles que mi trabajo les podía ayudar, si yo no había realizado estudios académicos de sicología». Una de las cosas que hice y hago para contrarestar esta equivalencia, es verificar la realidad, los hechos, y por un lado comprobar si mi trabajo es efectivo o no, así como qué ocurre con algunos de los que socialmente se posicionan como «expertos en sicología», y se presupone que estudian el «comportamiento humano»
En un programa de televisión donde se «debaten» ciertos casos de comportamiento humano, mantienen como invitada y «figura de autoridad» a una sicóloga a la que es muy habitual escuchar sentencias del tipo: «tener celos» -como si los celos fuesen algo similar a tener un coche-, «si tienes celos es que eres una persona insegura», como si sólo hubiese una forma de «generar celos». Curiosamente, en una de sus últimas intervenciones tenía delante un caso «real» en el que el hombre «afectado por los celos» -como si esta cosa denominada así tuviese vida propia al margen de este hombre- le mostraba datos de su conducta que para nada equivaldrían a lo que ella denominaba «inseguridad» y sin embargo, la sicóloga especialista, continuaba una y otra vez agarrándose a su teoría, y como es la «autoridad» a nadie se le ocurre contradecir.
La pasada semana noté que en muchos medios de comunicación se hablaba de «nuevas adicciones». Preguntados a algunos sicólogos: cuando alguien se le puede diagnosticar una adicción a internet -por ejemplo- algunos de ellos lo reducían a que «si una persona pasa más de dos horas al día conectada a internet, es una alarma a tener en cuenta y que esté llamando la atención de una adicción»; con lo que si exploro mi experiencia, muchos días paso más de dos horas conectado a internet, con lo cual automáticamente puedo considerarme «un adicto a internet»: el motivo de la conexión y cómo eso opera como un todo en mi vida, para estos sicólogos no tiene mayor relevancia, lo esencial, es desde su figura de autoridad defender una teoría.
Este tipo de comprensiones tan simplistas, lo que conducen son a comportamientos correctivos igual de simplistas y de modelos del mundo de las mismas características. Hay tantas formas de ser y estar en el mundo como personas deambulamos por él, y en muchas ocasiones me resulta muy decepcionante que personas a las que se presupone «estudiar la conducta humana», lo que constantemente hacen es un juego de interpretación en base a unas teorías de lo que hacen, y no de descripción prescindiendo de ellas; es decir, atender a la persona y no a la teoría.
Además está la influencia a nivel general que ello tiene. Por ejemplo, si yo llego a la conclusión de que «soy un adicto a internet, porque la especialista ha sentenciado que más de dos horas conectado significa eso», puedo empezar a generar una cuestión conflictiva y problemática donde no lo hay; y así comenzar a constuir lo que podemos denominar una «profecía autocumplida»
Las teorías puede en ocasiones sernos útiles, ya que ayudan a que construyamos una comprensión del mundo, aunque lo que no hay que perder de vista es el mundo en sí y esa habilidad es algo que algunas y algunos de los denominados especialistas no hacen. Si quieres conocer a alguien, no lo reduzcas a una etiqueta, e interésate por lo que que hace y cómo eso está funcionando en la vida de la persona. Desde ahí estarás en posición de manejar un modelo del mundo más cercano y certero a la realidad de esa persona, y con ello el poder ayudarla de una forma mas eficaz, eficiente y elegante.