Estoy leyendo el ensayo «Colapso» de Jared Diamond -está en edición de bolsillo y permito su recomendadión- En ella el autor aborda la influencia del ser humano sobre el entorno y su impacto en el declive de ciertas culturas o cómo otras se mantienen, y no sólo tiene en cuenta en análisis esa influencia, sino también contempla factores como el cambio climático natural, la conflicitividad social o las relaciones con otras culturas.
Una de las culturas que Jared Diamond elige para su campo de trabajo es la desarrollada en la Isla de Pascua. Hoy día casi deforestada y en buena medida dedicada al turismo que atraen las estatuas «moáis» y el ficticio «misterio» que entorno a la cultura ahí generada se ha venido generando.
Hoy día la isla de Pascua cuenta con una vegetación muy limitada y escasa en comparación con la que hacia el año 1000 de nuestra era llegó a tener. Os transcribo una parte del libro, en el que se aborda precisamente este tema:
«…Flenley y Sarah King encontraron en los depósitos de sedimientos de otros cinco árboles hoy extintos. Más recimiente, la arqueóloga francesa Catherine Orliac ha tamazido 30.000 fragmentos de madera que habia quedado convertida en carbol vegetal procedementes de depósitos de sedimentos (….) Con un heroismo rayano en le Selling, Flenley y King comparó 2.300 de estos fragmentoss de madera carbonizados con muestras de madera de vegetales existentes todavía en la actualidad en otros lugares de la Polinesia….»
Todo este trabajo de investigación para poder apoyarse en unas hipótesis de cómo los habitantes de la Isla pudieron sobrevivir y construir los moáis en base a la contribución y ayuda que hacian las especies de árboles que ahora no existen…¿sabeis con qué otra hipótesis se confronta?, sin trabajo, sin investigación y movida en la mera especulación: «fueron unos estraterrestres quienes construyeron esas estatuas»
Cuando se confrontan ambas cosas lo que resulta inadmisible y casi un insulto a los investigadores y afanados científicos, es que llegue el primer catamañanas de turno y cierre el asunto diciendo que la cosa se explica a través de unos «extraterrestres», con los que escribirá libros, será invitado a platós de televisión y se forrará. Resultan ridículos estos planteamientos e igualmente reduccionistas, simples…productos claro de una investigación anti científica del asunto. Hay explicaciones que potencialmente resultan muy atractivas -aparentemente- pero que se convierten en cárceles de oro, porque en realidad decir que «fueron extraterrestres», no describe absolutamente nada.
Necesitamos una forma distinta de pensar en las cosas. Y tampoco tenemos que inventar la rueda dos veces,una buena parte de ella, ya está disponible la tenemos ahí: el método científico, y para quien quiera interesarse sobre él, hay mucha información disponible.
Una buena forma de complementar ese otro paradigna de pensar en las cosas que nos aporta el método científico, lo aporta el «modelado», y eso también forma parte de habilidades que puedes aprender a partir de mi trabajo.