En el primer viaje en avión que hizo el nuevo Presidente francés Sr. Hollande para reunirse con la Presidenta del gobierno alemán Sra. Merkell cayó un rayo en alguna parte o muy cerca del avión. De forma casi inmediata, muchas personas empezaron a preguntarse si ese hecho sería anuncio de alguna ¿señal?
Cada minuto en el mundo caen seis mil rayos, ¿qué hay de extraordinario en el caso del Sr. Hollande?. Si leemos en el periódico que «un preso muy peligroso ha escapado de un recinto penitenciario y está en nuestra ciudad», muchas personas seguramente comenzarán a sentirse «alarmadas», sin embargo, no tendrán ningún problema, en subirse a un coche, que es un artefacto en el que al cabo de un año dejan la vida alrededor de un millón de personas.
Aprendemos a «manipular el mundo», a realizar determinadas cosas con el intención de obtener un resultado, con lo que ese hecho pasa de ser fortuito a estar controlado. Esa «manipulación del mundo» la extendemos a muchos campos, donde no tenemos una influencia directa y a la hora de evaluarla no hemos adquirido las herramientas para pensar de una forma certera acerca del hecho, con lo que tendemos de forma natural – muy útil el hacerlo- a minimizar riesgos, y si no fuese así no subiríamos a un coche; o bien el polo opuesto, a maximizar riesgos cuando en realidad son muy poco probables.
Podemos sensibilizarnos con dos distinciones: POSIBILIDAD y PROBABILIDAD, siendo la primera aplicable a casi cualquier acotecimiento que podamos imaginar -siempre que no caigamos en la tontería directamente- y la segunda es donde podemos introducir porcentajes entre cero y cien, que hará que nos relacionemos con ello de una forma más certera. Por ejemplo, ¿es posible que un león que se haya escapado del biopark en Valencia me lo encuentre al salir del edificio?: si; ¿que probabilidad?, pues yo la establecería en 0,01%: el riesgo, lo estoy minimizando.
Si introducimos una forma de pensar y relacionarnos con el mundo de una forma «mas cercana y ajustada a la realidad», obtendremos una serie de beneficios y nos estaremos alejando de una forma «mágica de pensar en las cosas», y de tontería para entretenernos: «el caso del Sr Hollande es un mal presagio»