Mentir

Cuando nos predisponemos a escuchar a una persona, debemos de hacerlo desde una actitud de «centramiento total» en el sentido de prestarle nuestra escucha hacia lo que está diciendo, cómo lo está diciendo y continuar un sentido al hilo de la historia que nos está relatando. Notar a la vez, cuando por un sentido de la empatía, tendemos a dejarnos atrapar por el discurso de la misma, o bien, manteniendo esa empatía, ejercitar una escucha más «objetiva»

¿Las personas mentimos?, en general si, es nuestro deporte favorito. Tendemos a enmascarar la honestidad con nosotros mismos y con los otros. Vendrán a decirnos desde la sicología evolucionista, que eso, ha sido una conducta para adaptarnos al entorno, otros neuro sicólogos a decirnos que han hallado la zona de nuestro cerebro responsable de la mentira…el caso, es que mentimos, contamos nuestra realidad y percepción en función de nuestros sesgos personales, lo que nos lleva también a pensar, que no sólo se trata de mentir, sino que hay mucho más en ello.

Lo que me llama la atención, es la facilidad con que las personas asumen el dicurso sin crítica alguna del ofrecido o llegado a ellas por parte de terceros. Ayer, en un programa de radio, los participantes en una tertulia se preguntaban escandalizados que cómo iban a pensar que «esa persona iba a mentir a …» Y son personas acostumbradas al vivir del chisme, o precisamente por eso, porque están rodeados del chisme, han dejado de desarrollar la habilidad del discernimiento.

No hay por qué, ni habría razón para ello,  negarle la realidad que intenta ofrecernos una persona. Ahora bien, es muy recomendable dejar esa versión  «en cuarentena» y no asumirla como propia. Pensar que en la forma que tenemos de presentar ante los demás nuestra realidad, existe -simplificando mucho- un 50% de información de la que no somos conscientes y otro 50% de manipular nuestra comunicación, a nuestros objetivos, para hacerlo nuestro cómplice y que «compre nuestra versión»

No lo olvideis: «las personas mentimos, más que parpadeamos», eso no significa, que lo hagamos todo el tiempo y sin parar, pero sí, con las cosas que para nosotros tienen una relevancia, y ahí la honestidad con nosotros, es poco practicada.

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