De forma natural en nuestra relación con el mundo aprendemos hacer una especie de “Supervisión” de cómo estamos interactuando con él, del resultado de cómo van las cosas , a través de los “sentires o emociones” Notamos estos sentires y emociones, y éstos los utilizamos como una especie de guía que nos dan pistas acerca de si las cosas van bien o no.
Aprendemos a generar sentires o emociones agradables, cuando hacemos cosas o interactuamos de una forma fluida u obtenemos el resultado que buscamos, o se nos refuerza por parte de otros.
Aprendemos a generar sentires desagradables, con todas aquellas cosas que notamos que no transcurren de una forma fluida, no obtenemos aquello que queremos o se nos reprocha por parte de otros.
Estos sentires o emociones van ligados a los “Juicios” que estamos emitiendo acerca de aquello con lo que nos estamos relacionando. Así, los sentires agradables tenderemos a prolongarlos en el tiempo e incluso hacer más de aquello con lo que esté relacionado y lo sentires desagradables a deshacernos de ellos, limitando aquello con lo que esté relacionado.
Si por ejemplo, tomamos un mal sentir como puede ser: “el sentimiento de culpa” . Noto esa culpabilidad, y mi primera tendencia posiblemente sea la de querer deshacerme de ella. Y precisamente en la gestión que a posteriori requieren todos este tipo de sentires (agradables o desagradables), son donde las cosas se pueden complicar y mucho.
No es útil apagar una alarma de incendios porque la notamos molesta, sin comprobar de donde procede el origen, esa alarma de qué peligro nos puede estar avisando. Asi, si notamos un “mal sentir”, lo que podemos hacer es una especie de estabilización interior de él, e investigar ¿con qué conecta ese mal sentir?; y por lo general una vez conectado, lo que se van a suceder son mensajes en formato de “Juicios” que yo estoy emitiendo acerca de eso.
– Notar el sentir, la emoción
– Estabilizamos, y seguimos notándola
– ¿Con qué conecta esa emoción o sentir?
– ¿Qué juicios estoy haciendo acerca de eso?
Y ahí, es donde puedo intervenir, ya que esa es la “fuente” de ese mal sentir. Si yo noto una emoción de culpabilidad, la estabilizo, y me pregunto ¿con qué conecta?,y compruebo con que “ayer fue el cumpleaños de mi madre y no la llamé”; lo que puedo desafiar es el propio JUICIO, aunque esto ya es la excusa para otra entrada.